Luego de darle a DIOS y de darte a ti mismo, puedes dar algo a alguien más.
Cuando des algo a alguien, bendice lo que sea que estás dando. Bendice a la persona o personas a quien les diste. Luego, libéralos, es decir suelta el regalo y su destinatario.
Muchas de las bendiciones que más deseas están a tu alcance! Por tus acciones de dar, abres el camino para atraer las bendiciones que deseas. Estas bendiciones probablemente han estado a la espera para llegar a ti, pero fueron bloqueadas por tu falta de dar. No había un canal libre para que pasaran y llegaran a ti.
Cualquier hombre, mujer o niño puede transformar su vida mediante la transformación de lo que él da – lo que da a Dios, lo que da a sí mismo, y lo que le da a los demás.
Cuando no estés seguro de qué dar a los demás, es el momento de declarar: “Yo doy bajo la dirección divina.” Luego observa tus presentimientos e ideas que vengan a tu mente. Se te mostrará qué dar, a dónde y para quién.
Cuando das bajo guía divina, se abre un canal por el que estas bendiciones son liberadas para llegar hasta ti. Un profesor de prosperidad solía decir: “Primero dale a Dios. Luego dale a la humanidad como Dios te indique.”
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