Estas son los principios y recomendaciones para generar al niño un desarrollo mental positivo, formativo y más estimulado. Deben aplicarse en la etapa de cero a los dos años de edad.
- El bebé es único y distinto a los demás.
Queda prohibido decirle que es igualito a su padre, tía, abuelito, etc. No debemos condicionarlo a que sea de una manera u otra. El bebé es irrepetible y tiene ciertas características que lo hacen ser totalmente distinto a los demás. Se le ayuda a crecer como un ser único al explicarle que sus diferencias son lo que lo harán especial y más valioso. Para que tenga una buena autoestima, hay que enseñarle que es un niño distinto y no debe compararse con otros hermanos o familiares.
También es conveniente que el nombre del niño no sea el mismo nombre del padre o de la madre. Es mejor que tenga un nombre creativo, algo que tenga significado y explicarle al niño por qué se llama así. - La mente del niño es como una computadora donde todo queda registrado.
Se ha comprobado que desde los 3 meses de gestación ya puede oír, percibir y escuchar. Si su madre se asusta, la madre genera ciertas sustancias químicas que son absorbidas por el bebé y de igual manera se asusta. El consejo es para los hombres: tengan cuidado con lo que hacen sentir a la mujer. Si la enojan demasiado, el bebé va a sentir cierto rechazo al padre cuando esté fuera del vientre.
Después del nacimiento, el cerebro del niño está en constante actividad, búsqueda y observación. Por lo que es importante darle al bebé un solo estímulo a la vez. Hay padres que con la emoción, le compran de todo al niño: ropa, juguetes, colores, etc., y se lo ponen todo frente al niño con lo que se sobresatura de estímulos.
Hay que estimularle todos los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto), por lo que podemos dejarlo jugar con un solo juguete (una sonaja por ejemplo) para que experimente los colores, sonidos, texturas y hasta permitir con cierto cuidado que se lo introduzca a la boca. Es importante hablarle y decirle “este un color rojo” aunque no entienda para que através de la repetición vaya aprendiendo. - El niño debe escuchar todo tipo de música y debemos observar su reacción.
Salsa, merengue, rock, cha cha chá, mambo, musica clásica, tango, etc.. Debemos dejar que él mismo empiece a generar sus propios gustos y preferencias para que empiece a reafirmarse. Con sus expresiones el niño comunicará qué música le gusta.
Para estimular ambos lados del cerebro, podemos pronunciar su nombre desde el lado derecho e izquierdo del bebé, para que él voltee a ver.
Hay que evitar el tremendo error de hablarle al niño con “voz de bebé” ya que solo se logra confundirlo pues él está aprendiendo el lenguaje. Se recomienda hablarle con voz y palabras naturales.
Cuando el niño escuche un ruido debemos decirle “ese es un trueno”, “ese es un auto”, etc.
El niño también debería oír música en otros idiomas aunque no los entienda. Podemos leerle cuentos en inglés, o dejarle que vea programas educativos en inglés. - Hay que enseñarle a observar, en especial las partes de su cuerpo.
Tome su mano enfrente de sus ojos y dígale “éstas son tus manos”. Enséñele la mayor parte de su cuerpo.
Enséñele a seguir objetos con la vista. Póngale una pelotita enfrente y muévala lentamente hacia un lado y deje que el niño la vaya viendo. Lo mejor es decirle “Mi amor, esta es una pelota roja y la voy a mover para el lado derecho”. Hay que tener paciencia si el niño pierde atención.
También hay que enseñarle figuras y formas: cuadrados, círculos, triángulos, letras, números. Cuando el niño tome la letra o figura se le enseña el nombre.
Hay que comprarle un libro de dibujos o figuras (perros, gatos, etc) y enseñarle a observar.
Los niños que se la pasan encerrados en casa no van a ser niños genios. Sáquelo al bosque, la playa, el desierto, hay que estimularle la vista lo más que se pueda.
Hablando de sexualidad hay que empezarlo a educar bañándose con el bebé y mostrarle las partes del cuerpo haciendo referencia al nombre correcto de las partes íntimas. - Deje hablar y comunicarse al niño.
Escuche sus gorgoteos, aprenda a escucharlo. Imite sus mismos sonidos para que el niño reciba el eco, lo reafirme en su oído y lo repita. Cuando el niño aprenda sus primera palabras, pregúnteselas varias veces al día. Si el niño ya puede decir agua, pregúnte “cómo se dice agua?” para que él tome confianza. - Pare al niño frente a un espejo todos los días y dígale su nombre y señálelo para que aprenda a identificarse.
Enséñele las partes de su cuerpo, “este es un brazo, esta es una nariz”.
También haga el álbum fotográfico del niño y veánlo juntos, así creará un diario del desarrollo de su hijo. “Este eras tú cuando naciste, este eras tú cuando tenías un mes, aquí dijiste tu primera palabra”. - Ponga a su hijo a explorar.
En un ambiente seguro, déjelo que gatee, que camine, póngalo en la arena de la playa, métalo al agua.
Cuando sea seguro, permítale que se equivoque, es decir si hay un escalón y puede caer sobre una alfombra, permitale que aprenda de sus propios errores. No lo sobreproteja pero tampoco lo sobreexponga.