“Los milagros les suceden a aquellos que creen en ellos”. ~ Bernard Berenson
El viernes de la semana pasada platicaba con un amigo que sin duda, cuando Jesús estuvo sobre la tierra en cuerpo humano, tenía una vibración frecuencial altísima. Supongo que era la frecuencia más alta que puede existir al tratarse de un ser divino. Esa misma alta vibración le permitía tener una conexión divina con su Padre Celestial, el Creador Supremo. Por esto, Jesús podía manifestar todo lo que quisiese, inclusive hacer milagros como sanar enfermedades o resucitar personas muertas.
Mi amigo se animó a comentarme una anécdota increíble. Me dijo que cuando era niño tenía una mascota especial, era un pequeño pez a quien quería mucho. Un día que llegó del colegio encontró al pecesito muerto en el piso. Sin duda había brincado de la pecera y llevaba varias horas o minutos fuera del agua.
Mi amigo recogió a su pez que ya estaba ligoso y aunque desconocía cuánto tiempo llevaba muerto, lo volvío a poner en un pequeño balde de agua. Se encerró en su cuarto y por horas se puso a pensar que su pez estaba vivo, se puso a pedirle a Dios que le reviviera su pez. Por momentos, metía las manos al agua y tomaba a su pez queriendo forzar un milagro. El caso es que sorpresívamente el pez revivió. Mi amigo lo echó de regreso a la pecera y continuó nadando.
Otro caso similar me lo contó mi propia esposa. Dice que una vez cuando era una niña revivió a un pollito muerto. Lo encontró muerto en su casa, lo tomó en sus manos y creyó con tantas fuerzas que el pajarito estaba vivo, que pronto empezó a moverse y al cabo de varios minutos estaba vivo y caminando.
Las dos historias me las contaron personas de carne y hueso que yo conozco. ¿Serán ciertas o no? Ambos me las cuentan con tal certeza y asombro que no me queda la duda que para ellos fue real. ¿Cómo saber si en ambos casos, los animales no estaban muertos sino en algún estado aletargado y simplemente volvieron a su estado de actividad normal y no existió una resurección como tal? No hay forma de saberlo.
Sin embargo, esta otra noticia le está dando la vuelta al mundo. Se trata de un bebé prematuro de 27 semanas que resucitó tras estar dos horas sobre el pecho desnudo de su madre.
Lee la noticia en estos dos enlaces:
En español: http://www.20minutos.es/noticia/798806/0/bebe/prematuro/resucita/
En inglés: http://www.dailymail.co.uk/health/article-1306283/Miracle-premature-baby-declared-dead-doctors-revived-mothers-touch.html
Creo que la clave del milagro está aquí:
Pero Kate no se resignó y pidió que le dieran a su bebé. El cariño de madre hizo que la joven lo acurrucara contra su pecho desnudo, cerca de su corazón, y lo mantuviera allí durante dos horas, entre palabras de consuelo y ánimo, caricias y lágrimas. “Le dijimos cuál era su nombre y que tenía una hermana. Le dijimos las cosas queríamos hacer con él cuando creciera”, narraba Kate. Al cabo, el bebé suspiró.
Amor. Para mí es amor. Dicen que la fuerza más grande es el amor, y aquí hay un ejemplo de cómo el amor logró algo imposible. ¿Será que esta madre tuvo tanto amor y fe que su frecuencia vibracional se elevó por más de dos horas y esto causó este increíble milagro? Puede ser.
Aquí un video de los padres tomado de las noticias de Australia:
Pero volviendo al tema de volver a la vida. En estos tres casos noto algunas similitudes:
-
El intentar revivir conllevó que el “resucitador” pensara como si el ser muerto estuviera vivo.
-
Al mismo tiempo se oró y se pidió a DIOS con una gran fe y persistencia.
-
En los 3 casos hubo contacto físico. Como si la energía de vida pasara directamente a través del contacto.
-
El efecto de vida no se dio de inmediato. Para el pequeño bebé fueron 2 horas, para el pez fueron más de 2 horas (según mi amigo) y para el pollito fue un largo rato. Tomó de un gran esfuerzo para el “resucitador” estar más de 120 minutos concentrado en el pensamiento de vida.
Hago la aclaración que mi intención no es desmeritar al Creador, más de alguno pensará que todo se debe a la Fuerza de Dios y que “cómo se me ocurre pensar que un ser humano imperfecto puede dar vida?”. Simplemente estoy tratando de encontrar alguna explicación de cómo es que suceden estos milagros divinos.
Deseo la felicidad para todos mis lectores, pero si en algún momento vives una situacion de éstas, pídele a Dios con todas las fuerzas, usa el amor como motivador principal, haz contacto físico con el difunto, sé persistente y cree que eres digno de un milagro. ¿Qué tanto vale una vida para que lo intentes?
“Situaciones imposibles pueden convertirse en milagros posibles.” ~ Robert H. Schuller
“Donde hay un gran amor, siempre hay un milagro.” ~ Willa Cather
“Siempre debemos estar agradecidos por los pequeños milagros y siempre estar esperanzados de recibir algunos mayores.” ~ Elmer A. Shultz
September 1st, 2010 at 4:02 pm
Estoy segura que la frecuencia vibracional de esa mama, como la de los pequeños fue, unirse a su “Fuente” (Dios ) en este caso, y enfocarse en lo que “querian” (es decir que estos seres volviesen a vivir) su energia vibrante fue determinante para que esto sucediese. sin duda un milagrazo !!!