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En la segunda parte de la obra clásica literaria “El Progreso del Peregrino” (1684) de John Bunyan, mejor conocida como “La Peregrina” encontramos esta parte:

Buen patrón- dijo entonces el anciano Integridad,- mientras estamos cascando nuestras nueces, veamos si descifrarás este enigma:

Un hombre a quien por loco se temía.
Tanto más rico estaba
Cuanto más repartía.

Esperaban todos con atención por ver cuál sería la respuesta de Gayo. Después de un momento de silencio, dijo:

Quien de sus bienes a los pobres da,
De nuevo, y con aumento, lo tendrá.

La idea, expresada no tan poéticamente, es que si “das” te vuelves rico.  Sin duda, un noble sentimiento, pero no tan recomendado por un economista.  Obviamente, tienes que tener dinero para darlo, verdad?  O en las famosas palabras de la antigua Primer Ministro de Inglaterra, Margaret Thatcher, “Nadie recordaría al Buen Samaritano si solo hubiera tenido buenas intenciones, también tenía dinero!”.

Es un hecho que Gayo estaba en lo correcto y nuevos estudios económicos lo confirman.  Nueva evidencia -estadísticas de datos reales- apoyan el principio que dar estimula la prosperidad, tanto para individuos como para naciones.  La caridad aparentemente puede hacerte rico.

Los Estados Unidos son un país notablemente caritativo. La Giving U.S.A. Foundation estima que los norteamericanos donaron casi US$ 300 billones en caridad durante el año 2006 -más que la producción total (suma anual de todos los bienes y servicios producidos por una nación) de 33 países en el mundo.  Más de tres cuartas partes provinieron de individuos privados.  Investigaciones adicionales confirman que entre el 65 y 85 % de norteamericanos dan a caridad todos los años.

Cómo se relaciona toda esa generosidad con los altos niveles de prosperidad?  Empecemos con individuos y familias.  La encuesta “Social Capital Community Benchmark Survey” (S.C.C.B.S) del año 2000, fue una encuesta hecha a 30,000 personas en más de 40 ciudades de USA y es considerada la mejor fuente de datos individual de participación cívica.   La S.C.C.B.S toma en cuenta diferencias en educación, edad, raza, religión y otras características personales.  Esta encuesta demostró que las personas caritativas hacen más dinero que las personas que no son caritativas. 

Mientras eso pareciera tener sentido común, resulta que la relación de datos entre lo que se da y lo que se obtiene no es similar.  La gente da más cuando tiene más dinero -estudios demostraron que un 10% de incremento en ingresos estimula el dar en un 7%.  Pero hay personas que se volvieron aún más ricas cuando donaron más dinero.

Antes de continuar con el tema, cuánto has donado este año?  Si quieres subir tus ingresos, más vale que empieces a hacerlo pronto.

La palabra “Prosperidad” viene de una raíz latina que literalmente se traduce como: “de acuerdo a la esperanza” o “avanzar con esperanza”.   Así que no es tanto una condición de la vida sino es más una actitud hacia la vida.  Una persona verdaderamente próspera es lo que el famoso psicólogo Rollo May llama: “una persona completa en funcionamiento”.  ~ Eric Butterworth, del libro “Spiritual Economics”.

Prosperidad.  

Es una palabra muy bonita.

Así como Butterworth indica, su significado literal apunta a una actitud de esperanza.

La buena noticia es que mientras avanzamos esperanzadamente, con una actitud positiva hacia todas las cosas, seremos recompensados con todos los frutos de una verdadera prosperidad interna y externa.

 

Son 15 preguntas que determinan si estamos infectados de creencias limitantes y de escasez.   También puede que nos haga ver algunas de nuestras propias creencias limitantes de las cuales no estamos conscientes.  

1. Teme secretamente que si usted se vuelve rico, deje de agradarle a su familia y amigos?	Sí	No
2. Cuando usted creció, escuchaba cosas como  “no seremos ricos, pero al menos somos honestos”?	Sí	No
3. ¿Su educación religiosa le enseñó a que es noble sacrificarse ahora, ya que su recompensa vendrá después de su paso por esta vida?	Sí	No
4. ¿Usted se siente un poco culpable cuando comenzó a ganar más dinero que sus padres?	Sí	No
5. ¿Le criaron con la idea de “encajar” y de no hacer nada para sobresalir ?	Sí	No
6. Creció usted viendo programas de TV como Dallas, Dinastía, la Isla de Gilligan, MASH y The Beverly Hillbillies, donde la gente rica es siempre presentada como sin escrúpulos, presuntuosos y a veces ineptos?	Sí	No
7. Padece usted de problemas crónicos de salud que los doctores parecen no poder solucionar?	Sí	No
8. Alguna vez se puso celoso de gente con ropa, autos y casas costosas, que pudiera desarrollarle un “odio” a la gente rica	Sí	No
9. ¿En cierto nivel usted piensa que de alguna manera es noble, romántico o espiritual ser pobre?	Sí	No
10. Alguna vez terminó usted con una relación negativa, y luego la substituyó inmediatamente por otra persona justo como la anterior?	Sí	No
11. Alguna vez ha usted utilizado expresiones como “pobre como ratón de iglesia”, “rico asqueroso” u “obscenamente rico”?	Sí	No
12. Crea usted excusas para el fracaso diciendo cosas como, “hay que tener dinero para hacer dinero,” “hay que conocer a alguien” o “hay que relacionarse con la élite”?	Sí	No
13. Disfruta usted estar oprimido y luchar contra las probabilidades todo el tiempo?	Sí	No
14. ¿Es posible que usted esté experimentando problemas de salud, financieros o de negocios, solo para provocar simpatía y la atención de la gente cercana a usted?	Sí	No
15. Usted están en una relación estable, tiene suficiente dinero para cubrir sus necesidades, y con plena salud, pero siente que la vida se le va de las manos?	Sí	No

Si contestó Sí a 1 o 2 preguntas:  Su consciencia de prosperidad es muy fuerte.

Si contestó Sí a 3 o 4 preguntas:  Parece tener algunos problemas de merecimiento en un nivel subconsciente. Probablemente no sea infeliz del todo, pero no tiene pasión en su vida.

Si contestó Sí a 5 o 6 preguntas:  Parece estar en un ciclo de estancamiento.  Hace pequeños avances hacia adelante pero tiene experiencias que lo hacen retroceder, lo que le impide ser feliz.

Si contestó Sí a más de 7 preguntas:  Está en un ciclo de víctima.  Se dirige cuesta abajo hacia una serie de problemas emocionales, físicos y financieros.  Es imperativo que tome acción de inmediato para romper con este hábito de conducta.

Puedes consultar el test original creado por Randy Gage en el sitio www.prosperitypowerexperience.com/IQ/