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Las oraciones o peticiones de muchas personas a veces no son contestadas porque siguen pidiendo en oración y fallan en prepararse en todo sentido para recibir.

Después de que te has preparado mentalmente para recibir, estás listo para el siguiente paso:  Pronunciar la palabra RECIBIR.

Cuando declaras diariamente que estás recibiendo, tus palabras hacen que tu mente subconsciente se vuelva creyente, y así ésta empieza a trabajar para ayudarte a que logres lo declarado.

La manera de evitar una forma de vida carente es pronunciar deliberadamente la palabra recibir. Declara diariamente:

ESTOY RECIBIENDO. ESTOY RECIBIENDO AHORA. ESTOY RECIBIENDO TODAS LAS RIQUEZAS QUE DIOS TIENE PARA MI AHORA.

Un hombre de negocios empezó a hacer esto, y dentro de un año sus ingresos se convirtieron en ocho veces más de lo que había ganado.

Otro hombre de negocios dice que ha recibido cheques inesperados cada vez que ha declarado:

TODO LO QUE ES MIO POR DERECHO DIVINO VIENE A MI AHORA, RAPIDAMENTE, ABUNDANTEMENTE Y LIBREMENTE. ESTOY RECIBIENDO AHORA.

El siguiente es un ejemplo de cómo una persona atrajo riquezas preparándose para esa riqueza.  Se encuentra en el libro “Abre tu Mente para Recibir” de Catherine Ponder.

La propietaria de una escuela de etiqueta era viuda y con hijos pequeños que debía mantener.  La gente decía: “Ella es una hermosa mujer, pero nadie quiere casarse con alguien que tenga tantos niños.  Es demasiada responsabilidad financiera para asumir”.

Esta atractiva viuda no prestó atención a esas conversaciones.  Ella enseñaba principios de prosperidad en un curso de su escuela.  Les decía a  sus estudiantes que debían desarrollar una conciencia de prosperidad con el fin de ser exitoso en todas las fases de sus vidas.

Hizo todo lo que se le ocurrió preparándose para recibir una mejor forma de vida.  Se compró un traje de diseñador que usaba constantemente. En esa época, el traje costó $200, que era una suma enorme para un traje hace más de 23 años.  Una vez a la semana invitaba a alguien a cenar con ella, siempre en los mejores restaurantes, aunque a veces apenas tenía para el precio de la comida.

¿El acto de prepararse para un mayor bien lo atrajo hacia ella? Se casó con un viudo rico. El tenía cuatro hijos, ayudó a criar a los tres de ella, y más tarde tuvieron un hijo propio: un total de ocho hijos.

Mientras todo el mundo a su alrededor estaba hablando de carencia y limitación, ella estaba tranquilamente preparándose para todo lo contrario, y lo consiguió!  Es interesante que ninguna de las personas que trataron de limitar mentalmente su futuro, atrajo alguna riqueza para ellos mismos – no a través de trabajar duro, un matrimonio, o una ganancia inesperada.  Los pensamientos limitantes dirigidos hacia ella, inconscientemente se quedaron con ellos mismos.

“La ciencia es simple: Cuando le das amor y respeto al mundo, el mundo te dará amor y respeto de vuelta.” ~ Russell Simmons en su libro Do You!

El título de la Ley No. 8 (de las 12 Leyes del Éxito del libro “Do You!” de Russell) es: “La Ciencia del Exito: Planta Buenas Semillas”.

La escritura sagrada hinduista Bhagavad Gita nos enseña: “Cuando hacemos el mal, llegamos al sufrimiento. Cuando hacemos el bien en el mundo, llegamos a la felicidad”.

La Biblia enseña: “Cosechas lo que siembras”.

Eric Butterworth en su libro Economía Espiritual:  “La ley es exacta: Si tú das, con una conciencia real de dar, tienes que recibir”.

Ralph Waldo Emerson en su ensayo Compensación: “Causa y efecto, métodos y fines, semilla y fruto, no pueden separarse, porque el efecto florece en la causa, el fin preexiste en los métodos, el fruto en la semilla.”

Esther y Jerry Hicks describen la Ley de la Atracción en su libro ‘Pide y Se Te Dará’: “Todo pensamiento vibra, todo pensamiento irradia una señal y todo pensamiento atrae una señal de vuelta. Llamamos a ese proceso la Ley de la Atracción”.  La Ley de la Atracción dice: “Lo que es semejante a sí mismo es atraído.  Y de esta manera, podrías ver la poderosa Ley de la Atracción como una especie de Gerente Universal que se ocupa de que todos los pensamientos que armonizan se pongan en línea”.

Entonces, ¿qué semillas estás plantando? ¿Está esperando tu cosecha buena?

Si no, ¿qué es lo que tienes que dejar de hacer ahora que no te sirve para nada?  Si estás inseguro sobre si las semillas que estás sembrando darán fruto…  ¿Qué más puedes hacer?

En cualquier caso, ¿qué es lo No. 1 que sabes que deberías estar haciendo que no estás haciendo actualmente?  Conviértelo en un hábito. Siembra las semillas ahora.

“Cuando haces el bien por el mundo, el mundo hará el bien para tí” ~ Russell Simmons en Do You!

Por qué deberías deliberadamente abrir tu mente para recibir ?  

Porque la mayoría ha tenido una existencia estrecha e incómoda sin una buena razón.  Han bloqueado la forma de obtener sus bienes através de ellos mismos.  

En el libro “Abre Tu Mente para Recibir”, la autora Catherine Ponder menciona: “No hay nada divino en una vida estrecha y limitada.  Solo prueba la estupidez e ignorancia del hombre, que en realidad vive en un universo de abundancia exuberante”.

La palabra “recibir” significa “aceptar”. 

Resumen de la Ley 2 del libro “Siete Leyes Espirituales del Exito” de Deepak Chopra.

Ley 2: Dar y recibir.

El cuerpo está en intercambio dinámico y constante con la naturaleza y el universo, con su energía y sus materias. “Frenar la circulación de la energía es como frenar el flujo sanguíneo”. El dinero realmente es un símbolo de la energía vital que intercambiamos y no un fin en sí mismo. “Si nuestra única intención es acaparar el dinero y aferrarnos a él, impediremos también que éste vuelva a circular”. En otras palabras, hay que dar para recibir. “En toda semilla está la promesa de miles de bosques. Pero la semilla no debe ser acaparada; ella debe dar su inteligencia al suelo fértil”, explica Chopra.

Acción sugerida: regalar un elogio, una flor o una oración a las personas con quienes me encuentre para comenzar el proceso de circulación de la energía, la riqueza y la prosperidad.

En relación al Proceso Creativo de la Ley de la Atracción, el libro EL SECRETO lo compara a que es igual a comprar por catálogo.

Por ejemplo, en el “Paso 1: Pedir”, no hay que pedir una y otra vez.  Basta con pedir nuestro deseo una sola vez.  Cuando compramos por catálogo hacemos el pedido una vez.  No hacemos el encargo, luego dudamos de que hayan recibido el pedido y lo volvemos a pedir.

Para el “Paso 2: Tener Fe”,  cuando hacemos un pedido por catálogo nos relajamos pues estamos seguros de que recibiremos nuestro pedido y seguimos con nuestra vida normal.  Cuando hacemos una reserva para unas vacaciones, compramos un auto o una casa, sabemos que esas cosas son nuestras.  No haríamos otra reserva para los mismos días, ni compraríamos otro auto u otra casa.

Si nos hemos sacado la lotería o hemos heredado, incluso antes de tener el dinero en nuestras manos, ya sabemos que ese dinero es nuestro.  Por eso para el “Paso 3: Recibir”, ese es el sentimiento de creer que lo que pedimos ya es nuestro.  Es el sentimiento de creer que ya lo tenemos.  Es el sentimiento de creer que ya lo hemos recibido.

Reclamemos las cosas que queremos sintiéndolas y creyendo que son nuestras.  Cuando lo hagamos, la Ley de la Atracción moverá con fuerza todas las circunstancias, personas y acontecimientos para que lo recibamos.

Existen 3 pasos para poder crear lo que deseamos utilizando la Ley de la Atracción:

1. Pedir
2. Tener Fe
3. Recibir

El Paso 1 de Pedir trata simplemente de decirle al Universo qué es lo que queremos.  Sin embargo, es necesario tener muy claro qué es lo que se deseamos.  Si no sabemos qué queremos exactamente, entonces podemos pedir que se aclaren nuestras dudas. 

El Paso 2 consiste en creer que ya hemos recibido lo que hemos pedido.  Se trata de saber que lo que queremos ya es nuestro desde el momento preciso en que lo pedimos.  Debemos tener una fe total y absoluta.  En el momento en que pedimos, creemos y sabemos que ya lo tenemos, el Universo entra en en acción para concederlo.  El Universo es como un espejo, debemos creer que ya lo hemos recibido para así emitir frecuencias de haberlo recibido, para que esas imágenes vuelvan a nuestra vida.

El “cómo” sucederá, el cómo se las arreglará el Universo, no es cosa de nosotros.  Debemos dejarle hacer su trabajo.  Cuando intentamos averiguar cómo sucederá, emitimos una frecuencia de falta de fe, de que no creemos que ya lo tenemos. 

El Paso 3 de recibir consiste en sentirnos bien.  Cuando nos sentimos bien, estamos en la frecuencia de recibir.  Estamos en la frecuencia de que nos lleguen todas las cosas buenas y de recibir lo que hemos pedido.  En algunas ocasiones será necesario actuar, pero esa acción no se sentirá como un trabajo.   La diferencia entre acción inspirada y acción es que la acción inspirada es cuando actuamos para recibir.  Las acciones inspiradas se realizan sin esfuerzo, y es maravilloso porque estamos en la frecuencia de recibir. 

La clave de la Ley de Recibir es entender que continuamente recibimos de la vida lo que damos y también recibimos lo que esperamos.

Ya tenemos claro que si queremos obtener, primero debemos dar.  Pero si fallamos en mantener nuestros deseos alineados con lo que esperamos, entonces crearemos confusión y no recibiremos lo deseado. Debemos tener una completa fe en que las cosas saldrán justo como las queremos.

Podemos alguna vez pedir demasiado?  No, porque no podemos estar conscientes de una necesidad o un deseo a menos que la posibilidad de su cumplimiento ya exista.  Y podemos recibir solo lo que podemos concebir en nuestra mente.  Y solo podemos obtener el equivalente de lo que hemos dado.

Tenemos que dar con un espíritu libre y dispuesto.  No debe ser obligado, de otra manera lo que damos puede regresar a nosotros con obligaciones.  Cuando dejamos de ser egoístas y nos volvemos altruistas, es cuando nacemos de nuevo.

En la segunda parte de la obra clásica literaria “El Progreso del Peregrino” (1684) de John Bunyan, mejor conocida como “La Peregrina” encontramos esta parte:

Buen patrón- dijo entonces el anciano Integridad,- mientras estamos cascando nuestras nueces, veamos si descifrarás este enigma:

Un hombre a quien por loco se temía.
Tanto más rico estaba
Cuanto más repartía.

Esperaban todos con atención por ver cuál sería la respuesta de Gayo. Después de un momento de silencio, dijo:

Quien de sus bienes a los pobres da,
De nuevo, y con aumento, lo tendrá.

La idea, expresada no tan poéticamente, es que si “das” te vuelves rico.  Sin duda, un noble sentimiento, pero no tan recomendado por un economista.  Obviamente, tienes que tener dinero para darlo, verdad?  O en las famosas palabras de la antigua Primer Ministro de Inglaterra, Margaret Thatcher, “Nadie recordaría al Buen Samaritano si solo hubiera tenido buenas intenciones, también tenía dinero!”.

Es un hecho que Gayo estaba en lo correcto y nuevos estudios económicos lo confirman.  Nueva evidencia -estadísticas de datos reales- apoyan el principio que dar estimula la prosperidad, tanto para individuos como para naciones.  La caridad aparentemente puede hacerte rico.

Los Estados Unidos son un país notablemente caritativo. La Giving U.S.A. Foundation estima que los norteamericanos donaron casi US$ 300 billones en caridad durante el año 2006 -más que la producción total (suma anual de todos los bienes y servicios producidos por una nación) de 33 países en el mundo.  Más de tres cuartas partes provinieron de individuos privados.  Investigaciones adicionales confirman que entre el 65 y 85 % de norteamericanos dan a caridad todos los años.

Cómo se relaciona toda esa generosidad con los altos niveles de prosperidad?  Empecemos con individuos y familias.  La encuesta “Social Capital Community Benchmark Survey” (S.C.C.B.S) del año 2000, fue una encuesta hecha a 30,000 personas en más de 40 ciudades de USA y es considerada la mejor fuente de datos individual de participación cívica.   La S.C.C.B.S toma en cuenta diferencias en educación, edad, raza, religión y otras características personales.  Esta encuesta demostró que las personas caritativas hacen más dinero que las personas que no son caritativas. 

Mientras eso pareciera tener sentido común, resulta que la relación de datos entre lo que se da y lo que se obtiene no es similar.  La gente da más cuando tiene más dinero -estudios demostraron que un 10% de incremento en ingresos estimula el dar en un 7%.  Pero hay personas que se volvieron aún más ricas cuando donaron más dinero.

Antes de continuar con el tema, cuánto has donado este año?  Si quieres subir tus ingresos, más vale que empieces a hacerlo pronto.

Algo importante al aplicar la Ley de Recibir, es que el “dar” no es todo lo que debemos hacer, sino también debemos prepararnos para recibir.

Esta preparación sirve para demostrar nuestra fe en el proceso.  Prepararse significa crear un espacio de algún tipo para aquello que esperamos.

Un buen ejemplo es el relato bíblico del profeta Elías.  Cuando 3 reyes fueron a buscar a Elías y le pidieron que orara para que cayera una lluvia y acabara con la sequía del desierto, Elías les pidió que cavaran zanjas para contener el agua de lluvia que pronto caería.   Así lo hicieron y pronto cayó la lluvia del cielo y llenó las zanjas de agua y los hombres y caballos pudieron beber.  El punto es que prepararon un lugar para recibir justo lo que pidieron.

El libro de EL SECRETO también nos da otros ejemplos, como el caso de la hermana de Rhonda Byrne que vivía en Australia y quería irse a vivir a Estados Unidos pero no lograba conseguir un trabajo.  Lo hizo hasta que tuvo la fe suficiente para creer que se mudaría y empezó a empacar sus cosas semanas antes de conseguir trabajo.

También está el caso de aquella persona que buscaba pareja y empezó a estacionar su auto no al centro de su garage sino a un lado, dejando espacio para el automóvil de su próxima pareja.

Qué le estás pidiendo al Universo?  Cómo puedes empezar a hacer espacio para eso nuevo que pronto se te dará?

El nombre correcto de la Ley de Recibir debería ser “Ley de Dar para Recibir”. 

El libro “Working with the Law” comenta sobre esta ley que el dinero es simplemente una herramienta para el intercambio de valores.  Si ayudamos a las personas dándoles dinero, no debemos hacerlo negligentemente, es decir no darlo a aquellas personas que no hacen el esfuerzo para salir de su situación.  Nuestras donaciones deben ser con propósito, pero si se hacen sin cuidado no podremos esperar un buen retorno.  Ayuda a aquellos que hacen todo lo posible para ayudarse ellos mismos y entonces el dinero regresará a ti.  No lo des a aquellos a que no lo aprecian o que no mejoran su vida con él.  Hacer eso solo dañará a ambos.

Algunas iglesias todavía usan el diezmo bíblico como una forma ordenada, sistemática y exitosa de dar.  Consiste en aportar a la iglesia el 10% de tu salario.  Ya sea que practiques el diezmo o hagas donaciones a obras de caridad, desarrollar nuestro plan metódico para dar dinero siempre creará un flujo estable de bienes recíprocos que vendrán a nosotros.

Sin embargo, el diezmo debe realizarse con el espíritu correcto, no solo con el objetivo de obtener algo a cambio, sino con un corazón abierto y expectación verdadera que estamos cumpliendo un rol en el flujo de abundancia del Universo.  Tenemos que dar con honestidad, sinceridad y en buen espíritu. 

Aún si ganamos una miseria de sueldo, debemos aprender a dar un porcentaje de él cada vez que nos paguen.  Y en un corto período de tiempo, veremos que regresa a nosotros en grandes cantidades.  Esa es la Ley de dar y recibir en acción.

La cuarta ley del grupo de las 11 leyes olvidadas por la humanidad es la Ley de Recibir.

En resumen, esta ley indica que para poder recibir debes estar en la posición de dar.  También se le conoce como la ley de la Circulación:  lo que sale de ti regresa a ti.

El “dar” es una de las principales leyes de toda la creación.  Una actitud de “obtener sin dar” crea un estado congestionado, una condición paralizada y una acción limitada.  Mientras mantenemos una actitud de “solo obtener”, cerramos el espíritu de dar, lo que limita el flujo de los bienes que vienen hacia nosotros.

Hasta el momento hemos aprendido que cuando queremos algo, debemos soltar la petición al Universo y dejarla ir.  En pequeñas cosas, como el deseo de encontrar cierto libro, es fácil enviar la petición y olvidarnos de ella.  Y con frecuencia, sin darle mayor pensamiento de nuestra parte, lo que pedimos simplemente viene a nosotros sin esfuerzo.

Sin embargo, en cosas mayores, tendemos a mantener un nexo más fuerte hacia ellas, como si no las soltáramos para que el Universo haga su parte.  Ya que todavía estamos amarradas a ellas, la ansiedad y la tensión evitan que las recibamos de vuelta a nosotros en forma física.  Debemos soltar la presión y dejarlas ir, permitir que las cosas fluyan naturalmente y luego regresen a nosotros.

No obstante, se necesita más que una petición.  Debemos dar antes que podamos recibir.  Esa es la ley.

Ya se trate de pensamientos, actos, servicios o dinero, dar siempre precede a obtener.  Nuestro enfoque debe estar completamente en dar, y no en las dos ideas de dar y recibir.  No podemos decir:  “Después que dé, recibiré”.  La ley no funciona de esa forma.

Daré más información de esta ley en los próximos días.

Haces algo bueno cuando te esfuerzas en dar todo de ti.  Aún así, no haces algo malo cuando buscas conseguir algún provecho para ti.  Cuando te esfuerzas para conseguir algo eres como una raíz que se aferra a la tierra y mama de su pecho.  Sin duda, la fruta no puede decirle a la raíz: ‘Sé como yo, madura y completa, siempre dando de su abundancia’.  Para la fruta dar es una necesidad, como recibir es una necesidad para la raíz. ~ Kahlil Gibran (del Libro El Profeta).

Recuerda, necesitamos ser como raíces para luego ser como frutas. Primero debemos leer, aprender y comprender como una raíz que chupa todo lo que puede del suelo, para luego poder hacer, crear, y desarrollar, como una fruta que ofrece sus beneficios.

Una forma rápida de entrar en la frecuencia de manifestar lo que pedimos con la Ley de la Atracción es decir: “Ahora ya estoy recibiendo, ya estoy recibiendo todas las cosas buenas en mi vida. Estoy recibiendo (rellena con tu deseo) ahora”.  Y siéntelo.  Siéntelo como si ya lo hubieras recibido.