Cuando tengas una meta, jamás la abandones. Si tropiezas con un obstáculo, vuélvete a levantar y continúa tras tu objetivo. La verdad es que nada puede detenerte para alcanzar tu objetivo, tal vez te demores en llegar pero si continúas insistiendo, llegarás a tu destino con seguridad.
¿No te crees capaz? Analiza los siguientes casos de personas famosas que tuvieron sus propios obstáculos y persistieron hasta el final.
Después de que Fred Astaire hiciera su primera prueba cinematográfica, en 1933, el informe del director de pruebas de la Metro Goldwyn Mayer dictaminaba: “Incapaz de actuar. Ligeramente calvo. Puede bailar un poco”. Astaire conservaba aquel informe sobre la chimenea de su casa en Beverly Hills.
Un experto dijo que Vince Lombardi no poseía un mínimo conocimiento de fútbol americano y que le faltaba motivación.
A Sócrates lo acusaron de inmoralidad y de corromper a la juventud.
Cuando Peter J. Daniel estaba en cuarto de primaria, su maestra, Mrs. Phillips, le decía continuamente que no servía para nada, que era un fruto podrido y que jamás llegaría a ninguna parte. Peter siguió siendo totalmente analfabeto hasta los 26 años. Un amigo se quedaba toda la noche con él, leyéndole un ejemplar de Piensa y hazte rico. Ahora es el propietario de las esquinas donde solía pelear y acaba de publicar su último libro: Mrs. Phillips, you were wrong! (Señora Phillips, se equivocó).
A Louisa Alcott, la autora de Mujercitas, su familia le aconsejaba que buscara trabajo como sirvienta o costurera.
Beethoven era muy torpe con el violín y prefería tocar sus propias composiciones en vez de mejorar su técnica. Su maestro le decía que como compositor era un desastre.
Los padres del famoso cantante de ópera Enrico Caruso quería que fuera ingeniero. Su maestro le dijo que no tenía voz y que era incapaz de cantar.
Charles Darwin, el padre de la Teoría de la Evolución, abandonó la carrera de medicina y su padre solía decirle que no se interesaba por nada más que el tiro, los perros y la caza de ratones. En su autobiografía, Darwin escribe que todos sus maestros, lo mismo que su padre, lo consideraban un niño muy limitado, por debajo del estándar de normalidad intelectual.
Un editor de periódicos despidió a Walt Disney por falta de ideas. Además, Disney se vio varias veces en la bancarrota antes de fundar Disneylandia.
Los maestros de Thomas Edison decían que era demasiado estúpido para aprender nada.
Albert Einstein no habló hasta los 4 años y no aprendió a leer hasta los 7. Su maestro lo describía como “mentalmente lento, insociable, está siempre navegando a la deriva por sus estúpidos sueños”. Lo expulsaron del colegio y le negaron el ingreso en la Escuela Politécnica de Zurich.
Durante sus estudios, antes de graduarse, Louis Pasteur fue un alumno mediocre y, de entre un grupo de 22 alumnos, ocupó el 15 lugar en química.
Los resultados de Isaac Newton en la escuela elemental fueron lamentables.
“Mi hijo es un idiota”, decía el padre del escultor Rodin. Considerado el peor alumno de la escuela, Rodin fracasó en 3 ocasiones antes de poder ingresar en la escuela de arte. Un tío suyo lo consideraba incapaz de recibir cualquier educación.
Leon Tolstoi, el autor de Guerra y Paz, abandonó la Universidad. De él se decía que no sólo no tenía capacidad, sino que no estaba dispuesto a aprender.
El dramaturgo Tennessee Williams se enfureció cuando, en un premio literario que tuvo lugar en la Universidad de Washington, donde él se había inscrito en los cursos superiores de inglés, le rechazaron una pieza de teatro, Me, Vasha. El maestro recordaba que Williams había repudiado no sólo la decisión de los jueces sino también su inteligencia.
Los empleados del departamento de frutos secos en las grandes tiendas de F.W.Woolworth decían que el propietario no tenía sensibilidad necesaria para atender a su clientela.
Henry Ford fracasó y fue a la quiebra en 5 ocasiones antes de conseguir, finalmente, el éxito.
Babe Ruth, considerado por los historiadores del deporte como el mayor atleta de la historia, se hizo famoso por batir el récord de carreras en un mismo partido de béisbol, y de tiros fuera del campo.
Winston Churchill no aprobó el sexto grado. No llegó a ser primer ministro de Inglaterra hasta los 62 años, después de toda una vida de derrotas y reveses. Sus mayores logros los consiguió cuando ya había cumplido los 65 años.
Hasta su publicación, en 1970, 18 editoriales rechazaron el manuscrito de Juan Salvador Gaviota, un relato de Richard Bach sobre una osada gaviota. En 1975 ya se habían vendido, sólo en USA, más de 7 millones de ejemplares.
Richard Hooker trabajó 7 años en M.A.S.H., una novela sobre la guerra en clave de humor, sólo para conseguir que la rechazaran 21 editoriales antes de su publicación. Inmediatamente se convirtió en un best seller que fue llevado al cine y convertido en serie de televisión de gran éxito.
Abraham Lincoln tuvo que enfrentarse a la derrota toda su vida. Nacido en la pobreza, tuvo que trabajar para mantener a su familia, fracasó en sus negocios en 2 ocasiones, perdió 8 elecciones y sufrió un colapso nervioso. Pudo haberse rendido muchas veces, pero no lo hizo y jamás se dió por vencido. “El camino era difícil y resbaladizo. Resbalé, pero me recuperé, diciéndome que aquello era un resbalón y no una caída”.